12/28/2004

El día de los orcos



Feliz Navidad dírian muchos, felices fiestas dirían otros, felices pascuas dirían los más antigüos del lugar. Cuestión de hipocresía en la mayor parte de los casos, una simple formalidad. Ser feliz todos los días del año no es posible, la felicidad debe ir ligada a la infelicidad para saber de que hablamos. No me importa que seas feliz o no el resto del año, pero en las llamadas Navidades quiero que lo seas, eso pienso cada vez que lo oigo. Una respuesta involuntaria se activa en mi cerebro igualmente, felices fiestas. Mala o buena educación, pero educación en todo caso.

No se entiende que a los más cercanos no les desees la felicidad en el resto de sus vidas. Buscar una excusa en un convencionalismo social llega a ser insultante. La celebración de algo en lo que no crees no deja de ser paradójico, está tan asumido que es casi un instinto, un recuerdo en la memoria colectiva. Muchas son las ocasiones para celebrar a lo largo de una vida, para reunirse con los familiares, para regalar... pero se escoge una ausente de significado para muchos, una tradición.

Un regalo puede significar muchas cosas, habla de tí y de lo que sientes por la otra persona, regalar por convicción es importante, regalar por obligación despreciable. El amigo invisible es amigo de la hipocresía, dentro del consumismo es comunismo, una falsa sensación de revelación y miedo a la soledad o infelicidad.

La inocencia está relacionada con la facilidad para ilusionarse, pero ser inocente esta lejos de ser iluso. Comprar lotería te convierte en un iluso, en la inocencia está la esperanza, no juegues con ella.

Se feliz hoy, se feliz mañana, se feliz siempre que puedas y si lo consigues siempre que quieras.

Pakko, Alberto, Félix, Giaccomo y Zinnia en el día de los orcos, Hide Park, Londres.